Athali Castro Peña Visionarios Innovators Under 35 LatAm

Athali Castro Peña. PERÚ

Combate la emergencia climática con sus pequeños biorreactores de microalgas que capturan CO2 y lo convierten en el oxígeno que producirían 100 árboles.

Las ciudades contribuyen con fuerza a la crisis climática, pues consumen el 78 % de la energía mundial y producen más del 60 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, según la ONU. Y todo este gran impacto ambiental lo generan a pesar de a que abarcan menos del 2 % de la superficie de la Tierra. Frente a este desafío, la joven ingeniera biotecnóloga peruana Athali Castro decidió aplicar sus conocimientos científicos para luchar contra este problema. 

Su respuesta la encontró en la propia naturaleza, concretamente en las microalgas y en su capacidad de atrapar el dióxido de carbono. Su enfoque se plasma en forma de sumideros de carbono a través de biorreactores de algas para absorber el carbono en el aire de grandes ciudades. Este secuestro del dióxido de carbono atmosférico se lleva a cabo mediante otro proceso natural: la fotosíntesis. Por este avance, Castro ha sido escogida por MIT Technology Review en español como una de los ganadores de Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2020. 

Para poner en marcha su proyecto, Castro ha fundado Oxcem, una empresa biotecnológica que resuelve problemas ambientales a través de soluciones inspiradas en la naturaleza. Sus módulos de microalgas fijan el carbono presente en el aire y liberan a cambio oxígeno. Además, están diseñados especialmente para zonas urbanas donde hay poco espacio para plantar árboles. Cada uno de ellos ocupa apenas un metro cuadrado y genera el oxígeno que producirían 100 árboles. 

La joven detalla: “No se toman medidas suficientemente fuertes para mitigar la crisis climática. Se incrementa la huella de carbono y no hay políticas públicas para reducirla. Al investigar el problema, descubrí que en los inicios de la historia de la Tierra había una concentración 100 veces mayor de dióxido de carbono. Las microalgas y las cianobacterias lo absorbieron y lo convirtieron en oxígeno. Para mí la solución más natural es usar lo que ya funcionó en el pasado y aplicarlo en el día a día. Con la pandemia vimos que pararlo todo genera paro y miseria. No es una opción parar la economía, pero sí se puede absorber la contaminación sin dejar de lado nuestra forma de vida. Con los biorreactores de microalgas intentamos reducir el impacto de la crisis climática”. 

Sus módulos ya están en las calles de Lima (Perú) y aspira a que las propias industrias los compren para compensar las emisiones de su actividad. También espera escalar el proyecto para que los módulos no estén sólo en calles y avenidas urbanas, sino que formen parte de la estructura de los edificios. “No queremos que sea algo puntual sino que encaje en la estructura urbana” como ya ocurre en algunos edificios de Alemania. 

El secretario de Vinculación del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Enrique Galindo, miembro del jurado de Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2020, considera “novedosa la idea de hacer disponible en el mercado módulos a base de algas para el consumo de dióxido de carbono y generación de oxígeno”. El experto opina que “este proyecto será exitoso entre personas y empresas que quieran distinguirse por consumir productos que ayudarían a compensar su huella de carbono”.